Retomando la investigación de los lugares claves de la Región Lambayeque, resonando en el camino Harwitum desde tierras norteñas peruanas, después de una larga pausa, decidí en solitario tomar rumbo a dicho enclave producto de una corazonada, siendo la misma el llamado de las montañas y lugares de poder natural y social de mi región.
El motivo y contexto
No es la primera vez que visito este lugar de poder. Ya desde años atrás, junto a mis amigos del recordado grupo Rama, visitábamos este enclave en nuestras preparaciones y experiencias de contacto con uno mismo, la naturaleza y el universo, en las cuales experimenté muchas vivencias que me han hecho crecer como persona, y que sigo teniendo muy presente. Sin embargo, todo tiene su momento y lugar, ya que de pronto nos vimos separados, a que cada uno siguiera su propio camino e intuición, luego de haber transitado dicho "puente".
Desde hace alrededor de 3 años que no volvía a este lugar, que lo llamaban mis amigos "La meseta de los Ancianos" debido a curiosas formas en unas rocas aparentemente labradas de la punta oeste de la meseta, que al atardecer, delineaban figuras parecidas a personas con túnica reunidas en la cumbre.
Entonces partí, alrededor de las 10 a.m, como lo comenté, solo, ya que desde un principo quedé en ir con unos amigos sin mucha mística con el camino, sino simplemente en un aventurado y gratificante paseo de trekking en la montaña, puesto llevaba tiempo de no poder pisar una y re conectarme con toda esa mística, pero siempre que las veía, sentía muchos deseos de estar allí, como si me llamaran a pisarlas. Pero, por circunstancias curiosas, no se dió la caminata en grupo, a pesar que la idea llegó hasta a la puerta de mi casa.
Sentí que debía ir, así, solo, diciéndome que el destino tiene una forma curiosa de llevar su camino.
Y así fue. El camino en solitario me daría la razón, de que no era el mismo de hace tres años. Había superado y comprendido muchas cosas respecto a mi persona.
Bajando a mitad de la carretera, haciendo memoria en realidad, puesto no recordaba muy bien el camino que entraba entre "chacras" de caña de azúcar, (así se les dice a las tierras de cultivo por aqu) hacia la meseta que se divisa desde la carretera. Antes de internarme, pregunté a un chofer que había estacionado su auto a lado de un puente -era la única persona cerca- me indicó que por tal dirección, aún dudando fui en la indicada.
Se veía diferente el camino. Cómo si no fuera por allí cuándo antes lo recorría con mis amigos. Y estaba en lo cierto. Al cruzar los cultivos y una antigua construcción que aparentaba una loma, me dí con la sorpresa de que había otra carretera, y que por ahí en realidad estaba la entrada. La carretera era hacia la pueblo de Saltur, y la entrada era una un afiche sobre el club de tiro que se encontraba a un lado de la meseta y las lagunas. Me reía por lo simple de la ruta que pude haber tomado, ya luego dibujé un mapa de cómo llegar hasta la entrada.
Comenzaba a reconocer el camino. Mientras más entraba en linea recta y veía a mi lado las pequeñas casitas de los agricultores de lugar, y desde luego, sus perros. Esto hizo detenerme un instante, porque sentía que ellos me indicarían hasta donde podía llegar. Guardando la calma y recordando unas melodías, me sintonizaba con ellos, porque no sabía cuantos iban a salir a mi encuentro. Y entonces crucé. Ellos me ladraron pero no me intentaron morder, les agradecí con un mudra de las manos juntas en señal de respeto por dejarme pasar.
Llegué hasta la entrada donde hay una compuerta que se encarga de la administración de la laguna artificial. Ahí estaba la casa del Sr..., que no recordaba su apellido -sí otra vez- y esta vez nadie pasaba por ahí. Mi intensión era entrevistarme con el "guardián" de la entrada, su casa, que daba paso hacia las lagunas, el club de tiro y la meseta. Un camino que había recorrido antes.
Y así fue. El camino en solitario me daría la razón, de que no era el mismo de hace tres años. Había superado y comprendido muchas cosas respecto a mi persona.
El camino
Cual extraño en tierras nativas, partí al paradero al pueblo de Tumán que me llevaría a mitad de camino a la meseta, puesto que el lugar se encontraba al oeste de "Ventarrón", una pequeña población cerca al pueblo de Pomalca, construido alrededor de una estructura piramidal escalonada, en la cual se están haciendo actualmente descubrimientos de un pasado más antiguo de la región.Bajando a mitad de la carretera, haciendo memoria en realidad, puesto no recordaba muy bien el camino que entraba entre "chacras" de caña de azúcar, (así se les dice a las tierras de cultivo por aqu) hacia la meseta que se divisa desde la carretera. Antes de internarme, pregunté a un chofer que había estacionado su auto a lado de un puente -era la única persona cerca- me indicó que por tal dirección, aún dudando fui en la indicada.
Se veía diferente el camino. Cómo si no fuera por allí cuándo antes lo recorría con mis amigos. Y estaba en lo cierto. Al cruzar los cultivos y una antigua construcción que aparentaba una loma, me dí con la sorpresa de que había otra carretera, y que por ahí en realidad estaba la entrada. La carretera era hacia la pueblo de Saltur, y la entrada era una un afiche sobre el club de tiro que se encontraba a un lado de la meseta y las lagunas. Me reía por lo simple de la ruta que pude haber tomado, ya luego dibujé un mapa de cómo llegar hasta la entrada.
Comenzaba a reconocer el camino. Mientras más entraba en linea recta y veía a mi lado las pequeñas casitas de los agricultores de lugar, y desde luego, sus perros. Esto hizo detenerme un instante, porque sentía que ellos me indicarían hasta donde podía llegar. Guardando la calma y recordando unas melodías, me sintonizaba con ellos, porque no sabía cuantos iban a salir a mi encuentro. Y entonces crucé. Ellos me ladraron pero no me intentaron morder, les agradecí con un mudra de las manos juntas en señal de respeto por dejarme pasar.
Llegué hasta la entrada donde hay una compuerta que se encarga de la administración de la laguna artificial. Ahí estaba la casa del Sr..., que no recordaba su apellido -sí otra vez- y esta vez nadie pasaba por ahí. Mi intensión era entrevistarme con el "guardián" de la entrada, su casa, que daba paso hacia las lagunas, el club de tiro y la meseta. Un camino que había recorrido antes.
No lo encontré, y bueno decidí seguir, sin embargo no quería continuar sin saber el apellido del señor y así poder tocar su puerta con más confianza al bajar, y justo en eso, veo a lo lejos una persona en dirección a la casa, decidí esperarla y preguntarle. Ya más cerca, veo que era una campesina del lugar, quien amablemente al preguntarle por quien vivía en aquella casita, me dijo que su apellido era Puyón, el Sr. Puyón. Al saber eso recordé al instante ese nombre de anteriores visitas.
Ya luego de refrescada mi memoria, me dirigí hacia la laguna, que está al lado del asenso a la meseta. Se veía hermosa, a pesar de estar totalmente nublado cerca de las 11:00 am. Todo el trayecto hasta ese momento lo pasé así, y digo hasta ese momento, porque ni bien saludé a la meseta para empezar mi asenso, con una agradable respiración con los ojos cerrados y las manos extendidas, el colchón de nubes comenzó a disiparse y dar paso a un radiante sol de medio día, como acostumbramos en el norte, cosa que duró hasta el resto de la tarde.
Ya en el ascenso, con una enorme sonrisa al ver mis pies de nuevo pisando y gastándo la suela de mi zapatos en una montaña, comencé a recordar que "la naturaleza se abre camino", cuando uno está en armonía con ella. En ese momento, divisé los caminos de cabritas como se les suele llamar, a las huella dejadas por el ascenso de los animales, que al cruzarlos, la cuesta se hace mas sencilla siendo un terreno pedregoso cuesta arriba.
Sin embargo, de pronto unos metros mas adelante, perdí el rastro de ellos, y comencé a andar por la ladera de la montaña con riesgo de caer al precipicio, me decía, ¿en qué momento me distraje?. En eso, dos aves de carroña -Gallinazos como le decimos aquí-, me sacaron de ese cuestionamiento. Estaban en una de las puntas de la meseta, en los famosos "Ancianos" de piedra. Estaban estáticos, observándome. Solo atiné a saludarlos.
Ya luego de una interminable cuesta hacia la cima, logro llegar y ver la meseta, así como el camino por donde debí haber ingresado, cerca a los Ancianos de piedra, los cuales ya se encontraban sin mis dos observadores emplumados.
En fin, ya arriba cansado por la subida pero emocionado por ver de nuevo esa extraña planicie en la cima de una montaña, que lucía igual a como la conocí. Con los restos de una antigua muralla que cruza hasta el otro cerro, y sus construcciones derruidas de antiguos puestos militares o de observación.
Sin embargo, de pronto unos metros mas adelante, perdí el rastro de ellos, y comencé a andar por la ladera de la montaña con riesgo de caer al precipicio, me decía, ¿en qué momento me distraje?. En eso, dos aves de carroña -Gallinazos como le decimos aquí-, me sacaron de ese cuestionamiento. Estaban en una de las puntas de la meseta, en los famosos "Ancianos" de piedra. Estaban estáticos, observándome. Solo atiné a saludarlos.
Ya luego de una interminable cuesta hacia la cima, logro llegar y ver la meseta, así como el camino por donde debí haber ingresado, cerca a los Ancianos de piedra, los cuales ya se encontraban sin mis dos observadores emplumados.
En fin, ya arriba cansado por la subida pero emocionado por ver de nuevo esa extraña planicie en la cima de una montaña, que lucía igual a como la conocí. Con los restos de una antigua muralla que cruza hasta el otro cerro, y sus construcciones derruidas de antiguos puestos militares o de observación.
La piedra "Campana"
Pero de todo eso, me llamaba una cosa, la famosa "piedra campana", que ya la llevaba pensando en el camino. La recordaba de visitas anteriores. Mis amigos habían descubierto que al tocarla con algo, esta emitía un sonido metálico, como si fuese algo mas que una simple piedra circular con un hoyo hueco, y que se encontraba allí deliberadamente. En ese momento, buscándola, logré divisarla en el lugar donde antes la hallábamos, estaba recostada, la última vez la habíamos en pie. Entonces ni bien la hallé me dispuse hacer intuitivamente, con las rodillas flexionadas y las manos sobre ella, una serie de mantrams que resuenan conmigo, incluso coloqué mi celular sobre ella con dichos mantrams para que resonara desde el hoyo en la roca, y junto conmigo, depositaba la intensión de armonizar y reconocer el lugar a través de dicha roca, como a manera de campana envía el sonido resonado en la piedra hacia toda la meseta. Fue un momento mágico, todo quedó en silencio.
Ya al termino, seguí continuando hacia otro lugar que ya conocía, era la famosa "silla", una roca labrada en la punta oeste de la meseta a manera de sofá. Allí descansé y aprecié todo el lugar a mi alrededor. Es hermosa la vista, se podía ver toda la ciudad de Chiclayo a lo lejos, junto con las localidades aledañas, así como las laguna a mi espalada. Era un lugar estratégico para el pasado de esta región.
Boro, el guardián del camino
Según lo que pude recopilar sobre la historia del lugar, se cuenta una leyenda respecto al nombre que lleva el cerro, "Boro", se trataba de un antiguo esclavo negro del año 1850, quien escapó y fue a vivir al cerro que hoy lleva su nombre. Él -se cuenta- vivía en este lugar, aguardaba a las caravanas de personas que bajan de los andes hacia la costa por este camino, para pedirles un poco de comida y ropa. Desde ese momento, todo aquel que cruzaba de la sierra a la costa, sin decir nada, llevaban una alforja con vívieres para el esclavo libre, quien con humildad aceptaba todo lo que le daban.
La meseta, al ser una montaña, es parte de las vertebras del cuerpo de toda la región, según por lo que aprendimos en el Camino Harwitum, respecto al cuerpo físico, que en este caso, forma parte del esqueleto de toda la Región, y al ir a hacer algún tipo de trabajo energético, es como si se estuviera haciendo un masaje a los huesos para su acomodo. Sin embargo, su particularidad de planicie en la cumbre al ser una meseta, le daría una función más específica, como una especie de antena receptora natural de las energía del cosmos.
Se sabe que actualmente y desde épocas pasadas, es un punto de poder para brujos y chamanes que utilizarían su energía. En visitas anteriores, se han encontrado piedras formando círculos con restos de algún tipo de ritual. Recordemos que los lugares energéticos naturales de por sí son neutros, y se pueden utilizar de diversas maneras, a veces tienden a usarse hacia una frecuencia positiva o veces hacia otra negativa.
La laguna, el cambio a través del agua
Son 2 grandes pozos de agua, controlados por la empresa de abastecimiento de la misma. Esta agua, termina en la ciudad de Chiclayo, nodo social principal de toda la región. Es un lugar clave estas lagunas. Se sabe, por investigación del recordado Dr. Masaru Emoto, que la misma es alterada en su composición molecular mediante algún tipo de frecuencia de sonido. En años anteriores, junto con mis amigos hicimos un trabajo sembrando conciencia en ellas desde la meseta, para que toda ella sea vertida en el principal nodo social, y desde este, se extienda por los diferentes caminos a todos los demás nodos de la región.
Ya siendo casi la 2:00pm y con el sol radiante e imponente, decidí despedirme del lugar dejando una "apacheta" como se le conoce a las señales con rocas dejadas al recorrer lugares claves en la antigüedad de esa parte del mundo.
Un lugar mágico sin dudas. Una antena natural de recepción y envío de energía para la conciencia de la Región Lambayeque
Pero de todo eso, me llamaba una cosa, la famosa "piedra campana", que ya la llevaba pensando en el camino. La recordaba de visitas anteriores. Mis amigos habían descubierto que al tocarla con algo, esta emitía un sonido metálico, como si fuese algo mas que una simple piedra circular con un hoyo hueco, y que se encontraba allí deliberadamente. En ese momento, buscándola, logré divisarla en el lugar donde antes la hallábamos, estaba recostada, la última vez la habíamos en pie. Entonces ni bien la hallé me dispuse hacer intuitivamente, con las rodillas flexionadas y las manos sobre ella, una serie de mantrams que resuenan conmigo, incluso coloqué mi celular sobre ella con dichos mantrams para que resonara desde el hoyo en la roca, y junto conmigo, depositaba la intensión de armonizar y reconocer el lugar a través de dicha roca, como a manera de campana envía el sonido resonado en la piedra hacia toda la meseta. Fue un momento mágico, todo quedó en silencio.
Ya al termino, seguí continuando hacia otro lugar que ya conocía, era la famosa "silla", una roca labrada en la punta oeste de la meseta a manera de sofá. Allí descansé y aprecié todo el lugar a mi alrededor. Es hermosa la vista, se podía ver toda la ciudad de Chiclayo a lo lejos, junto con las localidades aledañas, así como las laguna a mi espalada. Era un lugar estratégico para el pasado de esta región.

Boro, el guardián del camino
Según lo que pude recopilar sobre la historia del lugar, se cuenta una leyenda respecto al nombre que lleva el cerro, "Boro", se trataba de un antiguo esclavo negro del año 1850, quien escapó y fue a vivir al cerro que hoy lleva su nombre. Él -se cuenta- vivía en este lugar, aguardaba a las caravanas de personas que bajan de los andes hacia la costa por este camino, para pedirles un poco de comida y ropa. Desde ese momento, todo aquel que cruzaba de la sierra a la costa, sin decir nada, llevaban una alforja con vívieres para el esclavo libre, quien con humildad aceptaba todo lo que le daban.
La meseta, al ser una montaña, es parte de las vertebras del cuerpo de toda la región, según por lo que aprendimos en el Camino Harwitum, respecto al cuerpo físico, que en este caso, forma parte del esqueleto de toda la Región, y al ir a hacer algún tipo de trabajo energético, es como si se estuviera haciendo un masaje a los huesos para su acomodo. Sin embargo, su particularidad de planicie en la cumbre al ser una meseta, le daría una función más específica, como una especie de antena receptora natural de las energía del cosmos.
Se sabe que actualmente y desde épocas pasadas, es un punto de poder para brujos y chamanes que utilizarían su energía. En visitas anteriores, se han encontrado piedras formando círculos con restos de algún tipo de ritual. Recordemos que los lugares energéticos naturales de por sí son neutros, y se pueden utilizar de diversas maneras, a veces tienden a usarse hacia una frecuencia positiva o veces hacia otra negativa.
La laguna, el cambio a través del agua
Son 2 grandes pozos de agua, controlados por la empresa de abastecimiento de la misma. Esta agua, termina en la ciudad de Chiclayo, nodo social principal de toda la región. Es un lugar clave estas lagunas. Se sabe, por investigación del recordado Dr. Masaru Emoto, que la misma es alterada en su composición molecular mediante algún tipo de frecuencia de sonido. En años anteriores, junto con mis amigos hicimos un trabajo sembrando conciencia en ellas desde la meseta, para que toda ella sea vertida en el principal nodo social, y desde este, se extienda por los diferentes caminos a todos los demás nodos de la región.
Ya siendo casi la 2:00pm y con el sol radiante e imponente, decidí despedirme del lugar dejando una "apacheta" como se le conoce a las señales con rocas dejadas al recorrer lugares claves en la antigüedad de esa parte del mundo.
Un lugar mágico sin dudas. Una antena natural de recepción y envío de energía para la conciencia de la Región Lambayeque
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